La contaminación que provoca el ser humano, lejos de verse como un evento aislado, repercute considerablemente en nuestro entorno. La polución en bosques, ríos, mares y demás ecosistemas son sólo una muestra de la huella negativa que deja a su paso el accionar del hombre contemporáneo.
Tras un proceso de ocho años de muchas investigaciones y estudios, científicos de todo el mundo anuncian la posible extinción de varios tipos de abejas; a este fenómeno se lo conoce como “Trastorno del colapso de las colonias”, el cual ocurre cuando las abejas obreras abandonan de forma intempestiva las colmenas, dejando sola a la abeja reina. Este es un comportamiento totalmente atípico en la especie.
Miles de abejas desaparecen sin dejar rastro alguno y los expertos no saben exactamente cuáles son las causas de esta patología. Sin embargo, existen varias teorías sobre las causas de la muerte de estos insectos:
- Los pesticidas sistémicos agrotóxicos y neurotóxicos como los Neocoticoides se convierten en una de las principales causas de esta tragedia ambiental. El uso de este material químico provoca la desorientación en las abejas, por lo tanto ya no pueden regresar a su colmena.
- Las ondas electromagnéticas principalmente por el uso de celulares también es una causa fundamental para la posible extinción de las abejas.
- La aparición de un ente patógeno en el organismo de las abejas. Una combinación de un tipo de virus con un hongo en el intestino de estos animales produce el “Colapso de las colonias”.
La muerte de las abejas deja un impacto catastrófico en la cadena trófica (o cadena alimentaria), ya que las abejas son las principales agentes polinizadoras de la mayor parte de especies vegetales en el planeta (aproximadamente 80%). Además, estos insectos son un factor fundamental en la producción de ozono y oxígeno, indispensable para todo ser vivo.
Las consecuencias de la extinción de las abejas no solo son de carácter ambiental. El “trastorno por colapso de las colonias” demanda también consecuencias a nivel económico: si las abejas se extinguen, se produciría una crisis alimenticia a nivel mundial, una carestía apreciable en los productos básicos para la supervivencia de la humanidad y por lo tanto, la subida de precios en progresión geométrica.
Los gobiernos, principalmente europeos, están comenzando a generar políticas ambientales para reducir este impacto ecológico, ya que las pérdidas económicas para las naciones serían millonarias. Una de las iniciativas fundamentalmente se basa en la restricción de productos que contengan Neonicotinoides y pesticidas agrotóxicos y neurotóxicos; sin embargo, esta disposición ha tenido algunas críticas debido a que muchos afirman que estas sustancias no reducirán el impacto sobre las abejas.
Han surgido varias especulaciones frente a este fenómeno, principalmente en torno lo que pueda ocurrir con la especie humana si se carece de alimento. Por el momento, la situación es incierta: las investigaciones avanzan paulatinamente. Lo que sí es cierto, es que la madre naturaleza, cautelosamente, está haciendo un llamado a los seres humanos para que tomen conciencia del daño y puedan actuar a tiempo.
